era un pequeño terreno contiguo a la casa donde se trillaba el cereal, cosechaba el maíz, secaban patatas y verduras, etc. En la aira, hay dos construcciones rústicas: la palleira y el pendello. En estos espacios; se guardaban los aperos, la leña y el carro, se realizaban tareas agrícolas y artesanales… Además, era el lugar de la casa donde se almacenaba la cosecha, la hierba seca o la paja.
A escasos metros de la puerta principal de la casa, con tan solo cruzar el camino sin apenas tránsito y sin peligro, se accede a la aira (320 m²). Actualmente, se trata de una parcela privada y cerrada con una horma y una valla de madera que se ha reconvertido en un jardín para disfrutar del excelente paraje en las estaciones más benignas y en un aparcamiento de tierra firme y piedra para varios coches. Asimismo, el pendello (38 m²) es un magnifico porche abierto muy grato en los días soleados que se encuentra en un rincón de la aira junto con la palleira.